Mi corazón latía tan fuerte que lograba escucharlo. Tragué en seco, me di media vuelta.
Miré a Zaiden, él estaba listo, todos lo estaban, asentí.
—Artiz, Sebastián, ustedes irán al frente. —Asintieron al instante.
Artiz se acercó a Cinnia y juntaron a los guerreros. Todos se movían; en el aire lo sentía, había tensión, miedo, claro, ¿cómo no estarlo? Si íbamos hacia una probable muerte, pero daríamos batalla; para eso estábamos entrenados.
—Zaiden, ve con mamá, es hora de que nos vean. —Me sonrió.
—Oh, hermana, claro que nos verán. —Dijo y se apresuró hacia madre.
—Atos, Avior, es el momento para demostrar que están de nuestro lado. —Ambos asintieron y se alejaron, perdiéndose por el bosque.
—Malika, no te preocupes, yo me encargo de ellos. —Dijo Kaida con una sonrisa.
—Ve y ten cuidado, Sebastián me mataría si algo te pasa. —Le dediqué una media sonrisa y la vi partir.
Cuando me acerqué a Kier lo noté tenso. Era de esperarse, esto era algo que ya había vivido, también lo atormen