Malika es una niña que vive en una aldea junto a su madre, la cual es una bruja al igual que todos en ella tiene una vida tranquila hasta que ocurre una tragedia, eso la separara de su madre, pero para su suerte quedara al cuidado de sus seres querido, los cuales darán la vida para protegerla.
Leer másEl día en el bosque estaba tranquilo, la lluvia caía y el cielo se pintaba de un color gris
Celestia estaba cosechando una planta que solo se encontraba en el fondo del bosque
Cuando oyó un gruñido de algún animal al darse la vuelta se encontró con un gran lobo de color n***o
Celestia no estaba del todo asustada, pues ella ya los había visto antes, pero le parecía extraño que estuviera en el territorio de las brujas
Celestia se levantó y lo miro, se dio cuenta de que llevaba algo en su hocico, ella miró por encima de su hombro hacia la aldea en donde se encontraban sus hermanas, no dejaría que él pasara
Así que celestia volvió a mirarlo y levantó la cabeza mirándolo a los ojos y le preguntó
-qué es lo que quieres lobo, estás lejos de tus tierras, no eres bienvenido y lo sabes.
Las brujas y los hombres lobos tenían una enemistad desde hace más de mil años, no sé cómo comenzó, pero nuestros antepasados nos dijeron que nunca debemos de confiar en ellos, eran despiadados y sobre todo se creían superiores.
-Bruja, solo te pido que cuides de ella por favor. Dijo el lobo volviendo a su forma humana y en sus brazos cargaba a un bebe
-Por qué habría de hacerlo quién eres. Le pregunto ella lo miró y se dio cuenta de que tenía heridas y que estaba cubierto de sangre, no se dio cuenta cuando estaba en su forma de lobo, ya que era de color negro, no pudo ver la sangre
-Bruja, no importa quién soy de donde vengo, solo hay muerte y hambre, no puede quedarse allí, te lo pido cuídala como si fuera tuya. La miró con tristeza en sus ojos
-¿Vendrás a buscarla? Ella lo miró intrigada, algo le decía que tenía que tomar a ese bebe y protegerlo, no sabía el porqué.
-No, no puede saber quién es ni lo que es, no la buscaré ni tú dejarás que ella me busque. Él mira el bebe y levanta la mirada, encontrándose con la de celestia ella asiente.
Ella se acerca con cuidado y toma al bebe en sus brazos y ve que es una bebe hermosa. Le sonríe
-te prometo que cuidaré de ella con mi vida. Ve a la beba sí. Era una hermosa niña antes de decir algo, él la interrumpe y habla
- mi compañera murió al darla a luz hace dos días su nombre será Malika. Él toca la mejilla de la beba
-por qué Malika. Ella pregunta es un lindo nombre
-significa reina, porque eso es lo que es. Él da un paso atrás, lágrimas caen de sus ojos, se transforma en su forma de lobo y sale corriendo, se detiene a unos metros de ellas, él mira en dirección en donde está esa bruja y su bebe. Él, aúlla con dolor. Así desaparece en la espesa niebla que ahora llena el bosque.
Celestia no puede creer lo que acaba de pasar, ve a la beba y ella la está mirando tiene unos ojos penetrantes de un color verde oliva cierra los ojos y se vuelve a dormir
Celestial sabe que tiene que hacer algo para que los demás no sepan lo que es, ella entonces en ese mismo lugar lo decide, tiene que hacer un hechizo y ella ya sabe cuál es
Se va de regreso a la aldea, pero sin que nadie la vea, entra a su caballa que por suerte está alejada de las demás, ella es poco sociable y hoy más que otro día lo agradece
Busca unas velas y una tiza. Coloca siete velas en el piso formando un círculo encendiendo aquellas con una palabra (ignis) y con la tiza dibuja un símbolo. Agarra a la beba y la coloca en medio del círculo
Mientras ella hablaba en otro idioma, el viento fuera de la caballa corría con todas sus fuerzas. (Tuum quod in ima vi- detur, Sic erit, donec pugnaret paratis, Nec Luna ipsa hoc carmine frangere queat). Al terminar el hechizo la puerta se abre de un golpe apagando las velas por el viento que entra a la habitación, también dejando entrar la luz de la luna, celestia se levantó asustada, se acercó a la puerta y vio hacia el cielo, la luna irradiaba más luz de lo normal y ella sabía el porqué
Había privado a la mismísima diosa luna de una de sus hijas
-Perdón, diosa luna, pero nadie debe encontrarla ni siquiera tú. Cerró la puerta y agarró a la beba, la cual dormía como si no hubiera pasado nada, la recostó en la cama, le acarició la mejilla y se recortó junto a ella, fue cerrando los ojos lentamente hasta quedarse dormida.
ación de Kaida.Con un poderoso batir de alas, Kaida salió volando hacia el cielo, moviéndose ágil entre los árboles. Sebastián la siguió, esquivando ramas y troncos, sintiendo la adrenalina recorrerle todo el cuerpo. Cada giro y cada salto entre los árboles eran peligrosos, pero nada podría detenerlos ahora que la guerra a comenzar.Malika se acercó a Celestia e Irina y les dijo, con voz firme: -Vayan al frente, no deben saber que llegamos.Ellas asintieron, caminando a paso firme, decididas a cumplir la orden sin revelar su presencia.Luego, Malika llamó a Aine y Antia: -Necesito que establezcan una carpa para tratar a los heridos.Aine asintió, seguida de Antia, y ordenó al grupo de extracción que las acompañara, moviéndose con eficiencia y disciplina.Artiz y Cinnia se acercaron a Malika y le informaron que se marchaban a cubrir el perímetro. -Vayan con cuidado.-les dijo ella, preocupada pero confiadaLos vio marcharse junto a unos diez guerreros, atentos a cada movimiento del
No enviamos nuestra respuesta a la carta del alfa Max, pues no queríamos que supiera que estaríamos en las sombras. Preferíamos mantenernos ocultos, esperando que no fuéramos los únicos en acudir a su llamado. En un principio pensé en partir de inmediato, pero Kamaria me advirtió que lo más sabio era no llegar antes: “Si lo haces, estarán al acecho y verán tu llegada, por más cautelosa que seas”. Por eso, aquí estábamos. Dos días después, en plena noche, preparados para partir sin ser vistos.Observé a todos mientras se alistaban. Cada uno había cumplido con lo que le pedí. A lo lejos, fijé la vista hacia la entrada del bosque y, por un instante, pensé en Gabriel,no e tenido tiempo de preguntarle a mamá….Respiré hondo y me acerqué a Sebastián.-¿Ya están todos listos?.-pregunté con voz firme.-Sí, Malika .-respondió, con un brillo de determinación en la mirada.- Solo esperamos tus órdenes.Asentí y di un paso atrás para contemplarlos a todos. Éramos alrededor de cincuenta: guerreros
Estábamos todos reunidos en mi casa. Mamá volvió a ser ella, y eso me tranquilizó. Estábamos sentados junto a la chimenea cuando entró por la puerta Zaiden, acompañado de Kier y Lyra. Nos miraban con cautela; tal vez se imaginaron lo peor, pero eso aún no pasaría.-Sebastián, ahora que todos están… por favor, háblanos de este tal Max.-Le lancé una mirada, dándole a entender que no omitiera nada.-Bien… ¿por dónde comenzar? Cuando destruyeron mi manada y quedé solo, tal vez recibí una pequeña ayuda de su padre.-Dijo frotándose la nuca mientras miraba a Kaida. Sabía el motivo; no quería hablar de la vez que su primera compañera le arrebató todo.-¿Pequeña?.-preguntó Zaiden, con evidente curiosidad.-Sí… en ese tiempo, lo único que quería era desaparecer. Así busqué ayuda, y me la brindaron… pero no fue gratis.-Me miró y continuó.-Tuve que hacer un trabajo para él: matar a su hermano, que era el alfa de su actual manada. Él quería el mando y no podía enfrentarlo; como yo tenía experiencia
ConradEntramos en la oficina del alfa Max con Caleb a mi lado. El aire estaba denso, cargado de tensión. Max estaba de pie frente a un mapa, los dedos tamborileando con impaciencia sobre la mesa. Tomé aire y le hablé con la voz firme, pero mi corazón latía acelerado.-Alfa Max.-comencé, tratando de que mi voz no traicionara la preocupación—, ya envié las cartas a las manadas que podrían ayudarnos en esta guerra como.Lo vi cerrar los ojos por un instante, como sopesando cada palabra. Luego, abrió la mirada y habló con voz grave.-Bien. Pero recuerda, esa ayuda no saldrá gratis ¿has ofrecido una recompensa generosa para quien nos apoye?.Asentí, apretando los puños.-lo hice y es el precio justo. Nadie va a arriesgar su vida sin una buena razón... o recompensa.Caleb carraspeó a mi lado y añadió, su voz cargada de urgencia.-Alfa Max, los enemigos están listos. Ya sabemos quienes son y porque vamos a la guerra lo primero que haran sera atacarán a quienes ayudaron a recuperar el tron
Ya habían pasado dos días desde que llegué a esta aldea . Dos días desde que me encerraron en ese calabozo frío, bajo la mirada inquisitiva de Sebastián y Dante. Me hicieron preguntas, querían saber quién era, de dónde venía, qué me había traído hasta aquí. Después apareció ella, Malika, y su presencia llenó toda la sala con una fuerza que no entendía aún.Pero no había tiempo para reflexionar demasiado. Las pesadillas seguían llegando, una y otra vez. Recordaba a mi familia, sus rostros, sus risas... y luego, la traición, la sangre, la soledad. Cada despertar era un golpe.Esta mañana salí temprano a cuidar el rebaño de cabras. El aire fresco del bosque me calmaba un poco, aunque mi mente seguía enredada en recuerdos dolorosos. Mientras caminaba, vi a alguien sentada a los pies de un enorme roble. Parecía necesitar ayuda. Me acerqué con cautela, dispuesto a ofrecer mi mano, pero entonces un aroma familiar me detuvo.Era Malika.Desde lejos, pude verla observando a la mujer que reposa
No había pasado ni una semana desde que Rut se fue, y ya estaba deseando tenerla a mi lado para aconsejarme.Primero, una enfermedad arrasó la aldea. Con la ayuda de Ainé conseguimos encontrar un antídoto, pero hubo dos bajas… dos pequeños que no pudieron resistir. Los más frágiles siempre son los primeros en caer.Luego, llegó una tormenta tan intensa que arrancó árboles de raíz y cubrió los caminos de ramas. Por suerte, las casas resistieron y nadie resultó herido… pero la aldea parecía más apagada que nunca.Y como si el destino quisiera probarme, esa misma mañana apareció un forastero. Herido, exhausto, y huyendo de quién sabe qué. Ahora mismo estaba encerrado en el calabozo, lejos de la aldea, mientras Dante y Sebastián lo interrogaban.Yo, en cambio, intentaba lograr que mamá comiera algo. Desde el día que Rut murió, su luz se apagó. No ha salido de casa, se niega a hablar, y mucho menos a comer. Me sorprende que Dante esté sobrellevando el duelo mejor que ella… pero claro, ella
Último capítulo