Conrad
Entramos en la oficina del alfa Max con Caleb a mi lado. El aire estaba denso, cargado de tensión. Max estaba de pie frente a un mapa, los dedos tamborileando con impaciencia sobre la mesa. Tomé aire y le hablé con la voz firme, pero mi corazón latía acelerado.
-Alfa Max.-comencé, tratando de que mi voz no traicionara la preocupación—, ya envié las cartas a las manadas que podrían ayudarnos en esta guerra como.
Lo vi cerrar los ojos por un instante, como sopesando cada palabra. Luego, abrió la mirada y habló con voz grave.
-Bien. Pero recuerda, esa ayuda no saldrá gratis ¿has ofrecido una recompensa generosa para quien nos apoye?.
Asentí, apretando los puños.
-lo hice y es el precio justo. Nadie va a arriesgar su vida sin una buena razón... o recompensa.
Caleb carraspeó a mi lado y añadió, su voz cargada de urgencia.
-Alfa Max, los enemigos están listos. Ya sabemos quienes son y porque vamos a la guerra lo primero que haran sera atacarán a quienes ayudaron a recuperar el tron