CAPITULO 61 Casie sonrió y lo abrazó. ¡Lo amaba tanto!
Eres la feliz propietaria y cara visible de esta empresa. Te quiero a mi lado, o mejor delante mío presentándote y haciéndote cargo de lo que creaste.
—De lo que creamos, amor.
Lo besó en los labios con suavidad, dejando que la envolviera por la cintura y la apretara contra sí.
—Tan feliz como me hace tu crecimiento, no puedo esperar a que todos se marchen para llevarte a nuestra casa, atarte y darte unas nalgadas.
Ella echó la cabeza atrás y rio, propinándole un golpe juguetón en el hombro.
—Odiaría que te escuchara alguien y supusiera que me maltratas.
—Lo hago en el más dulce y perverso de los sentidos, y te encanta.
—Sin lugar a dudas y creo que te pasa lo mismo.
_ Así es—lo vio reacomodarse su virilidad sin disimulo y suspirar—. Anda, vamos.
—¿Tu familia llegó ya?
—Están todos. Bueno, menos mi madre, ya sabes—rodó los ojos— Beatrice está con su mejor vestido y no para de probar masas. Vamos a tener que cuidarla del azúcar.
Ella asintió, mordiendo el labio. Kaleb adoraba a esa muje