No dudó que la forma en que le había follado la boca le pasaría factura a su garganta.
—Lo fue—respondió, incorporando su cabeza para besar el espacio detrás de su oreja.
—Tú debes estar habituado, pero para mí...
Claro que él tenía mucha, mucha experiencia sexual, pero la verdad era que las emociones y sensaciones que el sexo con ella le trajeron se alejaban de lo habitual. Todo parecía potenciado, cada detalle, y eso si bien era exhilarante, también lo desconcertaba un tanto. No quería dejarse llevar, no más allá de lo que la razón y la urgencia física le planteaban, pero no era fácil. La abrumadora sensación de éxtasis que lo sacudió al correrse había sido increíble, y para nada similar a otra que hubiera sentido antes.
—Fue más allá de intenso, Casie y recién comenzamos.
—Habrá más.
—Mucho, mucho más, nena.
Ella suspiró y él sonrió.
—Bien.
La breve acotación fue seguida del silencio y pronto la respiración acompasada le hizo ver que la bella gatita se había dormido. Él mismo se de