La Experiencia Habla Por Si Sola
Eliot estaba sentado en el asiento del copiloto del SUV blindado, la ciudad industrial extendiéndose a través del parabrisas empañado por la lluvia ligera. Su chamarra gris y el jockey cubrían cualquier distintivo, pero la postura, los gestos y la forma en que sujetaba el micrófono del sistema de comunicación dejaban claro que él estaba al mando. No necesitaba uniforme para imponerse: la autoridad se sentía en cada palabra, en cada pausa calculada.
- Unidad Alpha, confirmen perímetro norte. Detecten cualquier movimiento sospechoso. - ordenó al equipo policial que se desplegaba a través de la radio segura, su voz firme y controlada, sin rastro de nerviosismo.
- Recibido, Alpha. Norte asegurado, sin señales hasta el momento. - respondió un oficial.
- Beta y Gamma, mantengan cobertura aérea. Coordinen con drones. No dejen puntos ciegos - continuó Eliot, pasando a la siguiente unidad con precisión quirúrgica - No quiero sorpresas.
Mientras hablaba, sus ojo