La Sincronía
El motor de la SUV rugía mientras avanzaban a toda velocidad por las calles de Nueva York, los vidrios empañados por la humedad y la tensión del momento. Aurora, sentada detrás de Callum, ya no podía disimular el dolor de las contracciones, sus manos aferradas al respaldo del asiento delantero. Callum, aunque mareado y con la cabeza latiendo por los golpes que había recibido, mantenía la calma absoluta. Sus dedos entrelazados con los de Aurora, guiándola con suavidad:
- Respira… igual que en las clases. - le susurraba, recordando cada detalle de las técnicas de respiración y manejo de dolor que la Dra. Albright les había enseñado. Cada exhalación, cada conteo entre contracciones, cada palabra de aliento que Callum pronunciaba se convirtió en su ancla.
Harper estaba conduciendo, con los ojos atentos y fríos como el acero en tanto miraba a intervalos por el retrovisor, lista para cualquier imprevisto. Cada respiración de Aurora, cada gemido de esfuerzo era seguido con preci