CAPITULO 6. PANORAMA DESOLADOR
Días después.
—Tiene una llamada —la asistente de Alexander, comunicó dubitativa.
— ¡Te pedí que no me pasaras llamadas! —gruñó él.
—Es… su papá —refirió la mujer—, le dije que estaba muy ocupado, pero…
Alexander inhaló profundo y tomó el auricular.
— Buenos días, ¿se te ofrece algo papá?
—Hola, hijo. Quiero pedirte que reconsideres tu regreso a Nueva York, me gustaría mucho que coordinaras la dirección.
—Sabes que dos Walton no podemos trabajar juntos. —Ladeó los labios—. Cojeamos del mismo pie, a ambos nos encanta dar órdenes, y no recibirlas. —Presionó el botón de su bolígrafo una y otra vez.
—Parece que en nada me puedes complacer —bufó—, hace años que vivo esperando que seas el primero en darnos un heredero, y no lo has hecho. Pronto será mi cumpleaños número sesenta y uno, me estoy haciendo viejo… Mi mayor deseo es ver la casa llena de niños, corriendo por el jardín.
—Eso solo depende de mí, papá y no de las presiones de ustedes —gruñó fastidiado de tener que escuchar siempre l