Zaneth:
Me han sacado de la ducha, me han traído a la cama y las chicas se han ido, dejándome a solas con el enorme gánster que me matará después de que me folle.
Todo se siente tan surreal…
Tan…extraño.
Pero placentero.
Creí que el sería agresivo y cruel, pero no.
Está acariciándome y besándome con lentitud, como si no tuviese prisa.
Quisiera verlo.
Ahhh, lamento tanto no poder verle el rostro a mi gánster.
Mika:
Ella es suave, y delicada.
Por dónde quiera que paso mis manos su piel se marca.
Su cabello huele a vainilla y me gusta.
Me gusta morderle el labio y escuchar como solloza de ganas o jadea de sorpresa.
La sospecha aflora en mi mente.
No puede ser coincidencia, no puede ser…simple destino.
El enojo burbujea dentro de mí, y cierro mi mano alrededor de su cuello.
—¿Sabes quien soy?- bramo, colérico contra su boca.
Ella se queda con los ojos nublados y la boca muy abierta.
Aprieto su cuello entre mis dedos.
—¿Sabes quien soy?- insisto.
—S…sí. El heredero a la mafya.- farfulla a