Tres años después:
Mika:
Desciendo del jet y efectivamente.
Aquí están el primo Eván, mi padre y Val.
Ruedo los ojos.
—Bienvenido de regreso, muchacho.- susurra el Don, abrazándome y tomando nota de la musculatura que he desarrollado durante mi castigo.
—Hijo, bienvenido.- entona mi padre, acercándose y permaneciendo a mi lado en una postura que denota incomodidad.
—¡Primo querido, te eché tanto de menos!- chilla Val, intentado darme un abrazo también pero lo freno.
—Por favor, contrólate, ¿sí?
Val sonríe con socarronería y nos movemos al transporte que nos llevará al Trece.
—¿Cómo va tu vida de casado?
Luego de que el Don y mi padre se marcharan, Val y yo nos quedamos compartiendo tragos. Es increíblemente irónico, que todo este desmadre comenzó precisamente así.
Con nosotros, bebiendo en este exacto sitio VIP.
—Oh, es un desastre.- se queja Val. – Mischa no hace otra cosa que dejar sus zapatos y medias regadas por todo la casa. Es insoportable. ¿Puedes creer que ni sigu