Zaneth:
El Señor gánster viene a verme cada noche.Ha prometido cumplir cada una de mis fantasías.
Sonrío.
Mis fantasías sexuales al menos.Tengo que reconocer que me gusta como folla.
Siempre comienza delicadamente. Con caricias y besos suaves que me hacen sentir casi amada, pero después se convierte en una bestia lujuriosa y salvaje, que me muerde y me araña.
Me magulla toda hasta dejarme los pechos y el cuello llenos de chupetones.
—¿Que te gustaría hacer esta noche, caramelito?- me interroga.
Comprimo los labios.
Me gusta imaginar que me mira con cara de lobo hambriento. Esa expresión en su rostro iría bastante bien con esa voz gruesa y profunda que me pone los pelos de punta.
—¿ Puedo hacerte una mamada?- le ofrezco y él libera un gruñido.- es que siempre he sentido curiosidad…¿y podrías echarme tu leche en las tetas?
Le oigo reír y siento como acaricia mi cabello.
—¿Eres realmente así de puta o solo lo aparentas?- masculla con ironía.
Trago en seco.
—Vas a matarme den