POV de Hugo
El aire de la mansión está más frío de lo habitual.
El cielo sigue teñido de un gris plateado, pero sé que no es niebla. Es el aliento de la luna.
Han pasado dos días desde que Eralyn vino.
Dos días hasta la última luna llena.
Y cada hora que pasa se siente como una cuerda que aprieta un poco más mi cuello.
Clara sigue en la habitación de arriba.
O mejor dicho, intenta dormir.
Sé que finge, engañando a sus propios ojos para no ver cómo su cuerpo brilla más con cada noche que cae.
Estoy de pie frente a la gran ventana del salón cuando escucho pasos en la entrada.
Me giro por reflejo… y veo dos siluetas que hace tiempo no veía.
Erica.
Y Juan.
Juan tiene el rostro endurecido, pero sus ojos cargan un cansancio que parece no tener fin.
Y Erica… sigue siendo ella, aunque esta vez su cabello es más largo y sus ojos más tranquilos, como si escondiera demasiados secretos para un solo cuerpo.
Frunzo el ceño. —Por fin aparecieron.
Juan inclina la cabeza apenas. —Necesitábamos tiempo.