Angel, notando la incomodidad creciente en Rose, no perdió tiempo. Con la misma naturalidad con la que había intervenido antes, se apresuró a desviar la atención del príncipe y presentarme antes de que la conversación se alargara demasiado.

—Ella es Aylen —dijo, girándose hacia mí—. También pertenece al Harem Imperial. Junto a Nora y Ezra, es una de los favoritos de nuestra señora.

El príncipe arqueó una ceja, sorprendido por aquella última afirmación. El gesto fue breve, apenas un destello en su rostro sereno, pero no pasó desapercibido.

Yo, en cambio, me limité a responder con una leve sonrisa. Estaba más que acostumbrada a ese tipo de reacciones, a esas miradas que se teñían de sorpresa al escuchar mi nombre vinculado al círculo más cercano de Nuriel.

—Es un placer tenerlo en el palacio, Majestad —dije con la cortesía que la situación exigía.

Zariel de