Mundo ficciónIniciar sesión—Por todos los dioses, ¿puedes al menos intentar cambiar esa cara? —dijo Rose, dejándose caer a mi lado con un suspiro tan largo que casi sonó a derrota.
Me giré hacia ella, arqueando una ceja. —Pensé que el ser más amargado del imperio era yo, pero parece que estás intentando quitarme el título. Una sonrisa fugaz cruzó sus labios, apenas un destello, antes de desvanecerse tan rápido como había aparecido. En su lugar quedó una expresión cansada, tensa, que le endurecía los rasgos. —Lo siento —murmuré, pasándome una mano por el cabello con gesto distraído—. Es que no puedo fingir que todo está bien. No con la situación en la que estamos. Rose se inclinó hacia adelante, apoyando los codos sobre las rodillas, mirando al vacío con la mirada perdida. El silencio que se instaló entre nosotras estaba cargado de una ansiedad que nadie se atrevía a nombrar. —Te entiendo pe






