Capítulo 31: Murmullos en la Mansión.
Ya en la mansión, Amelia se hallaba en su habitación. La jornada agotadora y la tensión con Noah la habían dejado extenuada, sumiéndola en un descanso necesario.
Mientras tanto, Noah, aún tenso por el incidente con Amaloa, estaba a punto de bajar las escaleras cuando un cuchicheo inusual captó su atención. Venía del pasillo de servicio.
Se detuvo con brusquedad, una sombra indetectable en el rellano, agudizando el oído. La voz de una de las empleadas, cargada de malicia, se coló por el aire.
—Yo oí que Amelia está embarazada del señor Koch. Es una mosca muerta.
Otra voz se unió al coro de veneno, un tono de indignación fabricada.
—¿Quién la viera con su carita de "yo no fui"? Hasta a la tía la metió en la cocina. Ya todo lo tenía planeado.
El puño de Noah se apretó. La rabia comenzó a bullir en su interior, fría y controlada, pero implacable.
—Así son esas pueblerinas —continuó la primera empleada, su desprecio palpable—. Como es joven y medio bonita, se acuestan con cualquiera para s