Capítulo 13: Sombras de Sospecha.
Con la mente arremolinada de sospechas, Mía tomó su cartera con decisión. Tenía que hablar con alguien, y solo había una persona en la que confiaba lo suficiente para desentrañar la verdad que Noah, su hermano, parecía ocultar con tanto esmero.
Enfiló el coche hacia el apartamento de Jack, el mejor amigo de Noah, quien, para su propia frustración, era también un pretendiente persistente.
Mía, con su naturaleza reservada y conservadora, aún no le había dado una respuesta definitiva a sus avances, pero esta vez, la prioridad era otra.
Cuando Jack abrió la puerta, su sonrisa se transformó en una expresión de sorpresa genuina al verla allí, en su umbral, en un día tan inusual.
—¡Mía! ¿Qué te trae por aquí a estas horas? —preguntó, intentando ocultar el rastro de esperanza en su voz.
Mía entró sin rodeos, el semblante grave. Sus ojos azules, tan parecidos a los de su hermano, reflejaban una profunda preocupación.
—Necesito que averigües qué demonios se trae mi hermano con Amelia, la que er