El sonido de la regadera rompía el silencio de aquella solitaria habitación, el agua resbalaba sobre su piel desnuda logrando refrescar a Victoria, sin embargo, sus pensamientos iban y venían una y otra vez repasando lo mismo, después de todo, había tenido demasiado en que pensar desde la repentina e inesperada visita del señor Visconti, padre de Lorenzo y Laurent, aquel odio tan atroz que Lorenzo sentía hacia su familia la hacían crear conclusiones y supuestos, aunque lo único que tenía en claro, era que algo terrible debía haber ocurrido, algo que su amado no había compartido con ella aún.

Lorenzo había estado con mal genio desde la noche anterior, se había marchado temprano antes del amanecer despidiéndose de ella con un cálido beso y diciéndole que no lo esperara temprano, la niñera de Liam y William ya había llegado al departamento para cuidar de los pequeños, Becca se la había recomendado ampliamente y ella tenía que terminar de prepararse para ir a su trabajo en el museo, sin e