Capítulo 40: Una mentira y una petición.
El agua fría resbalaba por su cuerpo mancillado, y Victoria aun dejaba que sus lágrimas cayeran desde sus ojos grises perdiéndose entre el agua que resbalaba entre sus pechos, su cuerpo aun temblaba de miedo, de asco y de decepción. Había pedido permiso para no ir al colegio ese día; Angelo había prometido no decir nada a Lorenzo, pero ella lo sabía, debía decírselo, pero tenía tanto miedo de lo que pudiese hacerle a Laurent o de lo que Laurent pudiese hacerle a él que prefería callar.
Los hermanos Visconti, se odiaban por razones que no entendía ni conocía, y ella no quería ser una razón más para que se siguieran odiando, sentándose en la tina de baño, Victoria de nuevo lloró, se sentía sucia, se sentía traicionada por aquel al que durando años había considerado un fiel amigo…y sentía haber traicionado a Lorenzo aun cuando ella nunca lo hubiese deseado así.
Un beso prohibido, uno que Laurent le había robado junto a la calma que sentía, fregándose con la esponja de baño hasta lastimar