Scott sintió que el corazón le explotaba contra el pecho. Se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro.
—Si eso es cierto...¡Tengo que verla!
—Hermano... espera. No puedes aparecerte así como así. Acabas de decir que te vas a casar. ¿Que cojones vas a decirle a tu prometida?
— ¡Ella y solo ella sigue siendo la mujer que amo! ¿Además es la madre de mi hija?
Moreno lo escuchó, cruzándose de brazos.
—Wou wou, espera. Repiteme ese casete. ¿Me estás diciendo que la niña de Julieta es tu hija y no del cabrón ese?
—Si...lo descubrí reciente. Caímos en el mismo hospital hace días y vi su récord médico. Tiene el tipo extraño de sangre que tengo. Es imposible que Michael tenga el mismo tipo de sangre que yo.
—Entiendo. ¿Pero porque coños no te dijo nada?
—No lo se. Es lo que quiero averiguar.
—También no deja de ser el prometido de Pamela. Y la boda es en menos de un mes. ¡Piensa bien, cabrón lo que quieres hacer! Mierda me vas a volver loco, no se para que te lo dije. ¿Ahora quieres tener