Sabine se levantó con su hija y John recogió la pila de papeleo de la mesa, y me dejaron a solas en la sala de reuniones, con Israel. El hermanastro de mi esposo se acercó y sostuvo la pequeña mano de mi bebé con una de las suyas.
Sonrió ligeramente, mostrándome un atisbo de Adam en su gesto.
—No cabe duda de que es hijo de mi hermano. Se le parece mucho...
Sin querer ser grosera, di medio paso atrás y aparté a mi bebé de su alcance. No conocía a Israel y no me desagradaba, pero tampoco me caía bien.
—¿Sabes que ya es el consentido de mi padre? —inquirió con una sonrisa agradable—. Sabe que es su nieto, contrario a la hija de Sabine. En ese aspecto, mantiene la misma postura necia de Adam y no quiere que la reconozca como suya.
Lo miré de reojo, desconfiando de él. Desde que la posición de Adam como CEO peligraba, Israel estaba allí. ¿Esperaba que en cualquier momento el importante puesto de mi esposo pasara a sus manos?
—¿Tú qué crees, Hannah? ¿Piensas que la bebé de Sabine es hija de