CAPÍTULO 64. ¡Papiiiiiiii!
Había un duelo de miradas en aquellos ojos. En los de Sandor había incredulidad y consternación, porque Nhora siempre había sido una mujer callada y correcta; en ningún momento había esperado que lo traicionara de aquella manera, mucho menos que se atreviera a ayudar a sus enemigos a acusarlo por la agresión hacia Marina.
Pero en el mismo momento en que la vio a los ojos lo supo: ella ya se había enterado, ya sabía que Brima y él querían sustituir a Kristof como el futuro heredero de los dos clanes.
Pronto los murmullos fueron demasiado fuertes como para que se acallaran por sí solos y la jueza llamó al orden una vez más.
—Señora Vantchev, no cometeré el error de tratarla como a una mujer despechada —aseguró—, pero le recuerdo que está jurando sobre la biblia y que en pocos días esos análisis de ADN revelarán toda la verdad. ¿Está dispuesta a mantener su declaración?
Nhora levantó una ceja decidida.
—¿Me está viendo pestañear? —respondió.
La jueza respiró profundo, porque pasarían al