—No pienso tocar a Alicia, mientras estemos casados —dijo aquello, ignorando todo lo anterior.
Regina frunció el ceño.
¿De verdad Nicolás creía que las cosas entre los dos se resolverían tan fácilmente?
Vaya, al parecer, era más imbécil de lo que había pensado.
—¿Y eso a mí qué me importa?
—Regina —dio un paso al frente y ella retrocedió dos.
—Quédate justo donde estás, Nicolás. No quiero que te me acerques —alzó la mano deteniendo su avance y dejándole claro que no lo quería invadiendo su espacio personal.
A Nicolás no parecía gustarle nada esa advertencia, pero obedeció, aunque a regañadientes.
—Debes saber un par de cosas antes —le dijo muy serio—. Nunca he tenido relaciones sexuales con Alicia.
Los puños de Regina se apretaron muy fuerte, ¿por qué tipo de estúpida quería tomarla?
Era evidente que se había acostado con esa mujer una infinidad de veces, así que esa mentira ni el mismo podía creérsela, pero, aun así, tenía el descaro de decirle aquello, como si fuera la misma