—Me cago en la puta —me acabo de despertar. No sé qué día es hoy, ni cómo me llamo siquiera. Necesito un par de minutos para resituarme. Miro a mi lado y mi peque está durmiendo junto a mí. Me molesta el sol que entra por la ventana. ¿Qué hora es? ¿Por qué no he cerrado la persiana? Una horrible sensación ronda mi cabeza.
—Mierda.
De todos los días del mundo, me tenía que dormir hoy, 15 de septiembre. Es el primer día de mi hija en el cole. La intento levantar de forma cariñosa. Nada. La zarandeo mientras le digo que es la hora de despertarse. Nada tampoco. Al no conseguir levantarla, salto de la cama, me pongo los primeros tejanos y una camiseta que tengo por allí. Voy corriendo y cojo la ropa de mi hija. Suerte que ayer estaba lúcida y dejé todo preparado para su primer día de cole. La visto sin tener que despertarla. Vamos a buen ritmo: dormida no opone resistencia ni intenta escapar a cada prenda que le pongo.
Además, hemos entrado en la fase “no me gusta”. Y ahora mi hija, que ac