Mundo ficciónIniciar sesiónVolvieron a subir al coche, y Jason condujo rumbo a la clínica para el chequeo médico de Adeline.
Durante el trayecto, la mente de Adeline vagó sin rumbo. De pronto cerró los ojos, con una tristeza pesada oprimiéndole el pecho. Jason notó cómo su expresión se ensombrecía otra vez.
—Jason —lo llamó Adeline en voz baja.
—¿Sí? —respondió él, girándose hacia ella.
—Si no me hubiera enfermado en aquel entonces… quizá nuestro hijo ya habría nacido —dijo Adeline, con los ojos brillantes por las lágrimas contenidas y una mirada dolorosamente suave.
—Cariño —dijo







