187. Soy yo, papá

—Ahora sabes que estoy bien. Puedes ir a descansar, lo necesitas —habló Dimitry cuando Fedorov se habían ido a chequear a Gian.

Satarah se quedó a sus espaldas, trazando lentamente con sus dedos el tatuaje de dragón que tenía, sabía que probablemente debía hacerlo, ir a descansar, pero no quería separarse de Dimitry porque sabía que él no se acostaría directamente. Lo más probable es que tuviera más cosas que hacer.

¿Estabas mal y no querer dejarlo solo?

Notó enseguida como la piel de él se erizó y tensaba su espalda con su toque. Entonces aprovechó para abrazar su espalda, echándole los brazos al cuello, ya que no podía abrazarlo de frente por la herida ahora vendada.

—No quiero dejarte.

Satarah no vio la sonrisa que formó en el rostro de Dimitry, su pecho se hinchó ante la declaración de su mujer. Él enseguida tomó una de sus muñecas que se aferraba su cuello, alzándola hasta sus labios y la besó con suavidad.

A duras penas podía contenerse, iba a ser pagar muy caro a Metisy, No, s
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