El hombre sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar a Victoria pronunciar aquel nombre. La confusión en su voz solo aumentaba su preocupación. Respiró profundamente, intentando mantener la calma mientras procesaba la situación.
El entorno se estaba saliendo de control. El hombre se quedó pensativo por un momento y luego pensó mejor las cosas. Que Victoria no supiera quien era ella, era muy lamentable, pero también muy beneficioso.
Podía usarlo a su favor para mentirle y hacerle creer una historia que no era.
—Victoria, tranquila. Estás en el hospital. Tuviste un accidente, pero estás a salvo ahora —dijo con voz calmada, tratando de reconfortarla.
Victoria frunció el ceño, evidentemente luchando por entender lo que él le decía.
—No recuerdo nada… —susurró con frustración, sintiendo cómo las lágrimas empezaban a empañar sus ojos.
Él se acercó con cuidado y tomó su mano suavemente.
—Tranquila, cariño. Al menos si sabes quien soy yo ¿no? —El hombre la miró fijamente mientras Vi