Cuando Victoria salió del consultorio pudo percibir como el semblante de Oliver era extraño, como si su cuerpo estuviera presente, pero no su mente.
Victoria podía sentir la preocupación flotando en el aire, y era evidente que algo pesaba en la mente de Oliver.
Cuando ambas personas la vieron de pie frente a ellos, preguntaron cómo se sentía.
—Debería ir a casa. —Victoria dijo.
La situación reciente la había dejado fatigada. Ambos estuvieron de acuerdo.
—Le diré a Carlos que te lleve a tu apartamento. ¿Madrina, tienes algún inconveniente en acompañar a Victoria? Sé que estaban en una reunión, podrían concluirla de camino.
Oliver propuso. Victoria sabía que algo andaba mal con él, y tal vez todo tenía relación con la conversación que había tenido con Rita.
Rita asintió y se acercó a Victoria con una sonrisa tranquilizadora.
—Claro, Oliver. Estaré encantada de acompañar a Victoria a casa y terminar nuestra reunión en el camino. No te preocupes por nosotras.
Oliver agradeció con un gesto