Arturo sintió su cuerpo estremecerse al escuchar esa terrible noticia. Victoria tenía cáncer. La gravedad de la situación se reflejó en sus ojos mientras procesaba la realidad de la enfermedad de su querida nieta.
—Victoria, eso no puede ser verdad. Debe haber un error. —Arturo habló con urgencia. Quería que todo eso fuera mentira. Una equivocación, pero Victoria sabía que no era así.
Sintiendo el peso de la verdad, ella respondió con calma pero con determinación.
—Abuelo, lo siento, pero no hay error. He estado en contacto con el doctor Owen y mis esperanzas son casi nulas. No quería preocuparte antes, pero ahora necesitas saberlo.
Arturo asimiló la noticia, su expresión reflejaba una mezcla de incredulidad y tristeza. Victoria podía percibir el amor y la preocupación en los ojos de su abuelo.
—No mereces pasar por esto, Victoria. —Arturo lamentó la difícil situación de su nieta.
—Ahora que sabes esto, ¿entiendes mi decisión de querer terminar con este embarazo?
Arturo asintió con tr