48. Siempre a tu lado
POV IRENE SAINT
Todo lo que Alonso nos contó acerca de su hija, y la posibilidad de que mi amiga pudiera ser aquella bebé perdida, me llenaba de una alegría difícil de describir. Sentía una mezcla de esperanza y ternura; pensaba que, si eso resultaba ser cierto, Abby ya no estaría sola. Al fin tendría una familia, un lugar al que pertenecer. Y, quizás, podría dejar atrás el restaurante en el que trabajaba y tantas heridas del pasado que aún no cicatrizaban del todo.
Esa mañana me desperté con una sensación distinta, más ligera, más feliz.
Alessandro me había dicho que me tenía una sorpresa, y que además iríamos a ver a mi madre. No había querido adelantarme nada, solo me pidió que estuviera lista a tiempo.
Cuando salí del vestidor, él ya me esperaba en la sala. Estaba sentado, con la elegancia natural que lo caracterizaba, revisando algo en su teléfono. Al levantar la vista, su mirada se suavizó.
—¿Estás lista, mi amor? —preguntó con esa voz grave que siempre conseguía estremec