41. Privilegio
POV AIDEN LEFEVRE
Cuando Alessandro salió de mi casa, el silencio que dejó tras de sí pesaba más que los golpes que aún ardían en mi cuerpo.
Intenté levantarme del suelo; sentí el sabor metálico de la sangre escurriendo por mis labios, pero lejos de sentir rabia o humillación, una extraña calma me envolvió. Aquella sangre era mi redención. La merecía. Cada herida, cada palabra hiriente, era el precio justo por haber destruido lo único puro que tuve en la vida.
Fui yo quien convirtió a la mujer más dulce y luminosa en un reflejo oscuro de sí misma, en alguien que aprendió a endurecer el alma para no romperse. Y aunque el arrepentimiento me ahogue, sé que nada de lo que haga podrá cambiar el pasado y mis malas decisiones.
Está noche no fueron los golpes de Alessandro los que realmente me dolieron. Pude soportar el ardor de sus puños de sus pies chocando contra mi abdomen, el sabor metálico de la sangre, incluso la humillación de caer al suelo.
Ni siquiera descubrir que mi madre,