42. Perdóname
POV AIDEN LEFEVRE
Su mensaje dejó temblando mi mano… y también mi corazón.
El lugar elegido era una pequeña cafetería, la misma donde, años atrás, habíamos compartido tardes llenas de risas y sueños que ahora solo existían en mi memoria. A las cinco de la tarde sería nuestro encuentro, y mientras veía el reloj avanzar, no entendía del todo la razón exacta por la que sentía esa mezcla de nervios, ilusión y culpa que me recorría intensamente el cuerpo.
Me puse el mejor traje, cuidé cada detalle de mi aspecto, intenté domar mi cabello rebelde y cubrí el rastro de mis golpes con la esperanza ingenua de que ella viera en mí algo más que las heridas del pasado.
Aun con el rostro marcado, sentía que debía verme digno… digno al menos de pedirle perdón.
Antes de llegar, me detuve frente a una floristería. Nunca fui un hombre romántico, ni atento, ni mucho menos delicado con Irene. Pero aquella tarde, algo dentro de mí me dijo que debía llevarle flores, no por cortesía, sino como símbo