22. El destino no comete errores
POV ALESSANDRO BALESTRI
Cada palabra que pronunció Víctor reverberaba en mi mente como un eco imposible de acallar.
¿Era factible que, después de tantos años, aquello fuera verdad?
Una parte de mí deseaba rechazarlo de inmediato, pero otra, más oscura y sagaz, intuía que detrás de esa revelación se escondía un secreto cuidadosamente guardado.
—Víctor… —mi voz se quebró apenas un instante—. ¿Por qué dijo eso Alonso? ¿Qué quiso insinuar?
Él sostuvo mi mirada con gravedad.
—No lo sé, Alessandro —respondió con cautela, como quien mide cada palabra—. Pero debemos esperar a que recupere la conciencia. Solo entonces podremos confirmar si lo que murmuró tiene sentido… o si fue un delirio más.
Yo apreté los puños, conteniendo la impaciencia que me devoraba.
—No podemos dejar nada al azar. Quiero que lo custodien guardias de absoluta confianza. Y que lo atienda el mejor equipo médico disponible. Alonso debe salvarse, Víctor. No hay margen de error.
—Así será, señor —respondió sin vaci