Siete.
Para ambos resultaba incómodo solo escuchar el sonido metálico producido por los cubiertos durante el desayuno, Erick analizaba a Anastasia desde el otro extremo de la mesa, se veía distraída, sumergida en su propio mundo a la vez que pinchaba las zanahorias en su plato, generalmente siempre hacía algún comentario en agradecimiento a los cocineros, pero aquella vez no fue así.
Era extraño que Anastasia – Quien no era alguien que conociera el significado de ''Quedarse callado''- permaneciera en silencio durante tanto tiempo.
«Está actuando extraño» Pensó Erick, dando un sorbo de café a la vez que alzaba la vista de nuevo hacia su dirección.
Anastasia sentía la mirada de fuego sobre sí misma, tenía la sensación de haber cometido algún delito grave gracias a la insistencia de Erick, incapaz de soportarlo por más tiempo y seguir con su desayuno, decidió hablar:
— ¿Hay algo que quieras decirme? — Dijo Anastasia.
Erick cambió su postura, abandonó la taza de café sin azúcar que bebía cada ma