Treinta y cuatro.
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— ¿Desde hace cuanto no salíamos a solas de esta manera? — Erick se encargó de volver a llenar la copa vacía de Ana, tenía una sonrisa boba que le pareció realmente enternecedora. — Ya nos hacía falta.
Anastasia también fue contagiada por aquella euforia. — Creo que no existen dos personas que merezcan más esto.
Habían sufrido mucho, demasiado de principio a fin solo habían ocurrido pequeños momentos buenos en medio de un mar de tragedias y accidentes a los que tenían que acostumbrarse y encontrar la forma de salir adelante antes de ser consumidos, por esa razón creía firmemente que realmente se merecían un buen y largo descanso ahora que todo marchaba sobre ruedas.
— ¿Ya decidiste qué has pensado hacer? — Preguntó a Erick, hacia mucho no hablaban sobre planeas a futuro. — ¿Te quedarás con RCO o dejarás que el gobierno la intervenga para que así ni tú ni Máximo tengan que pelear?
— No creo que sea momento de arruinar el ambiente hablando de negocio