FINAL.
La situación era bastante tensa, casi desesperada.
Nunca la había visto reaccionar de una manera similar, Anastasia se sentía extraña, estaba acostumbrada a la Edith que resolvía todo usando su astucia y que siempre daba la sensación de que no sangraría aún si le cortaban las venas.
Ver a esa misma persona teniendo un ataque de crisis frente a ella fue impactante.
— Ya cálmate ¿Quieres? Mis oídos se sienten aturdidos con tus chillidos. — Óscar no mostró la más mínima empatía ante el estado de Edith torciéndose en el suelo, privada en llanto mientras se halaba del cabello y empujaba a la Anastasia que quería ayudarla a que dejase de golpearse a sí misma. — No es para tanto.
Entonces Edith deja de torcerse.
— ¿Edith? — La llama Anastasia, estaba viéndola ponerse de pie otra vez, ni siquiera recibió una mirada de vuelta, pero no necesitaba ser especialmente detallista para notar su estado de trance. — ¿Qué estas haciendo? Regresa.
Por supuesto que fue ignorada abiertamente.
— No es para