Treinta y tres.
Número de capítulos restantes para el final: 2
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— ¡Lucien maldito bastardo me engañaste! — Alzó la voz apenas abrió la puerta de su oficina. — Ni siquiera estás lisiado.
Él dejó de lado su taza de café y sonrió en dirección a Anastasia. — Deberías aprender a tocar la puerta antes de entrar ¿Qué habría pasado si me encuentras en una situación comprometedora?. — Caminó hacia la ventana por sus propios pies. — Veo que dejaste a tu perro guardián en casa ya que vienes sola.
Fue muy difícil convencer a Erick de que podía cuidarse sola y que él tenía que esperar afuera, todavía no sabía cómo enfrentar a los hermanos juntos así que lo mejor era actuar como intermediaria entre ambos.
— No me cambies la conversación. — Contestó. — Erick no tiene nada que ver en esto, él todavía no sabe nada.
Lucien se rió con sarcasmo. — ¿Realmente pretendes que me crea eso? No soy un tonto, Anastasia, tú mejor que nadie deberías haberlo sabido. Realmente sabía que regresarías... Pero, — Sacó su arma con si