NOS VAMOS DE VIAJE.
—No estamos para bromas, Marcos.
—¿Me ves bromeando? —le lanzó una mirada desdeñosa—. La mitad de los plátanos se distribuirá por todo el país; la otra parte la enviaremos a Europa al precio mínimo.
—¿Pero qué estás diciendo?
—Lo que escuchaste. —Todos movieron la cabeza en señal de negación.
—Nos arruinarás con esa solución; en el país no lograremos distribuirlo. Los campesinos siembran para abastecer los mercados locales; nosotros sembramos para exportarlo a un precio justo. —Marcos rodó los ojos—. Nos estás llevando a la quiebra.
—¿Y qué sugieres, genio? Dame tus ideas.
—Mi idea es que vayas a disculparte con el señor Smith. —Marcos empezó a reír; la sala de juntas se llenó de risas que nunca antes habían escuchado. Los empleados afuera se sorprendieron al escuchar reír así a su jefe.
—¿Es el señor Marcos quien se ríe? —preguntaron algunos curiosos—. Pensábamos que esta reunión sería terrible y que todos lograrían hacer sentir mal al jefe.
—Nadie hace sentir mal al j