ENFRENTAMIENTO.
Marcos salió de la habitación, bajó al despacho y con una empleada envió a llamar a Emma. Cuando ella supo que Marcos la esperaba en el despacho, bajó a toda prisa. De la misma forma, abrió la puerta y emocionada se adentró en el lugar. Antes de que llegara a él, Marcos levantó la mano en señal de que se detuviera.
—Ves ese cheque sobre la mesa —, Emma bajó la mirada — Tómalo y vete, hay suficiente dinero como para que tengas una vida digna en París.
—¡No quiero irme! —, Marcos apretó los dientes. Era la primera vez que esa mujer se atrevía a levantar la voz delante de él — Quiero quedarme a tu lado —, se fue acercando al tiempo que dejaba rodar varias lágrimas — Marcos, no me eches de tu vida, ¡por favor! No me importa ser tu amante —, ¿¡Qué!? ¿¡Amante!? ¿Pero qué rayos le pasaba a esa mujer? Se preguntó mientras la veía acercarse — Si tu propósito es vengarte de Maite, yo… yo puedo ayudarte, yo me convierto en tu amante.
—Pero ¿¡qué diablos te pasa!? —, se giró dejando su espalda