Serena se quedó esperando a Esteban en la sala.
Blanca aprovechó el momento para lanzarle indirectas, intentando presionarla para que se divorciara de Esteban.
Tenía claro que sólo si Serena se divorciaba, y Hilaria lograba casarse con Esteban, su estatus y el de su hijo estarían asegurados.
De lo contrario, cuando el señor Ruiz muriera, Esteban los echaría sin dudar de la familia Ruiz.
Pero ese día, Serena apenas le prestó atención.
No importaba cuán venenosas fueran las palabras de Blanca, ella respondía con simples "ajá" o una sonrisa fría.
Blanca empezaba a sentirse frustrada.
En ese momento, Esteban salió del despacho.
Serena imaginó que probablemente había sido regañado por su abuelo.
Al fin y al cabo, si hay madrastra, también hay "medio abuelo".
Con una abuela política, el abuelo de sangre también se volvía distante.
Se puso de pie y lo miró con cierta preocupación.
Esteban, sin decir nada, le revolvió el cabello con la mano.
Ese peinado le había costado una hora con la planch