Al mencionar el tema, a Donato le dio dolor de cabeza.
La verdad, no tenía ningún puesto bien pagado y fácil que pudiera ofrecerle al primo de Nicol. Incluso para ser asistente en su empresa, se necesitaba cierto nivel de estudios.
De pronto, le vino a la mente lo que Serena le había dicho el día anterior mientras conversaban:
—Si ella de verdad te quiere y es la adecuada para ti, respetará tus decisiones y no te pondrá en una posición incómoda.
—En mi empresa hace falta personal de seguridad. ¿Te parece si vemos eso?
—¿Guardia? —Nicol frunció el ceño, visiblemente molesta—. Ese trabajo es agotador. Hay que estar de pie todo el día...
Recordaba que Wilfredo había trabajado como guardia en un complejo residencial, pero lo dejó porque decía que era muy cansado, que tenía que saludar a todo el mundo que entraba y salía, y que ese tipo de empleo era demasiado humilde para él.
Lo curioso era que Nicol también pasaba todo el día de pie atendiendo clientes, pero ella sí aguantaba el ritmo. E