Skylar:
Estuve hablando con Aleksander durante toda la mañana en el restaurante en donde estábamos desayunando y para ser honesta, me parece un hombre bastante interesante, puedo notar que es listo, educado y un poco extrovertido, note que no le gusta hablar mucho, eso para mi es extraño porque yo suelo hablar demasiado.
Me he tenido que controlar porque no quiero hacerlo sentir incómodo con preguntas tontas.
Aun sigo asustada por hacer esto, me metí en un enorme lío, pero no tengo escapatoria. Suena horrible tener que hacerme pasar por su novia, creo que es momento de que lo vaya aceptando, no hay de otra.
Se poco de él, ya que no habla mucho, no se si es porque es reservado con su vida o simplemente no le gusta hablar mucho, pero al menos se poco de él para no cometer errores.
—Te quería preguntar, ¿quieres ir a un almuerzo conmigo?
—¿Ah?
—Si quieres ir..
—Te escuche, oye —me detengo ya que ambos estábamos caminando un poco—, no me hagas esas preguntas, me tomas por sorpresa.
—¿Cómo debo hacerlo? —él frunce un poco el ceño.
—Algo me dice que no eres bueno con las chicas, ¿no es así?
—No —niega, vaya que si es directo.
—No te creo —me cruzo de brazos.
—¿Por qué no me creerías?
—Es que, eres alto, apuesto, elegante.. No creo que no seas bueno con las chicas.
—Es que el ligar no es una de mis prioridades —se encoge de hombros—, estoy enfocado en el trabajo, creo que el ligar no se me da muy bien.
—No puedo creerlo —río.
Me parece impresionante que un hombre como él no sea bueno con las mujeres o el ligar con ellas, me parece impresionante, digo, es un hombre realmente apuesto y educado o bueno, es lo que aparenta a simple vista.
No es que sea desconfiada pero si algo me pasa mientras esté con él, mi jefa tiene como denunciarlo. Siempre hay que ser precavidos.
—Oye —le digo.
—¿Si?
—Algo me dice que ya habías hecho esto antes, no se por que.
—De hecho si, estuve buscando muchos prospectos, pero ninguna encajaba con lo que estaba buscando, en su agencia hay personas... Extrañas.
—¿Qué quieres decir con eso?
El comienza a contarme que lleva un mes buscando una candidata para que se haga pasar por su novia, en total fueron seis mujeres distintas en todos los aspectos.
Todas solteras por supuesto, pero con una característica peculiar.
Una amante de los gatos que tiene alrededor de diez.
La madre soltera que detesta a los hombres.
Una dominatrix.
Una chica que estaba obsesionada con las cirugías plásticas.
Una ninfomana.
Y una chica extremadamente religiosa que no hacía más que hablarle de Dios y la religión.
Cuando estaba contándome lo sucedido con las chicas, no pude evitar imaginarme a él hablando con las seis, lidiando con seis mujeres distintas y con una personalidad diferente. Pobre, ahora entiendo porque me escogió, claro, no digo que yo sea la más perfecta, pero al menos no estoy tan loca o eso creo.
—Creeme que yo no trabaje en esa selección —rei.
—Creí que ese era tu trabajo.
—Mi trabajo es encontrar un match entre los usuarios —digo—, por supuesto que se hace una investigación exhaustiva antes de que los mismos se conozcan.
—¿Y cómo es que a mi me tocó tantas chicas extrañas? Envie mi expediente, pero no logré conectar con ninguna.
—Quizá ellas mintieron, es algo común, supongo que hubo un enorme fallo en la agencia.
—¿Cómo es que entraste ahí? Ya sabes, en la agencia.
—Quería un empleo más tranquilo por así decirlo, además, pagan mejor y así puedo ayudar a mi hermana a terminar su universidad.
—¿Tienes una hermana?
—Si —asiento—, se llama Andie, está en su último año de universidad, es lo único que tengo.
—Espero poder conocerla en algún momento, yo no tengo hermanos, pero sí primos, unos cuatro, todos viven en Corea.
—¿Y por qué tú estás aquí?
—No me gusta Corea —ríe un poco—, es un país en el que su sociedad es totalmente perfeccionista y esas cosas, decidí vivir aquí porque me siento más en libertad.
Nuestra conversación sigue un poco más hasta que nos toca despedirnos, le había mostrado en dónde y en qué departamento vivo, por si en algún momento no pueda contactarse conmigo.
Por supuesto que no iba a dejar de trabajar en la agencia, pero ahora sabía qué debía mantener un perfil bajo ya qué el es una figura pública y su novia debía mantener el bajo perfil también.
No puedo dejar de trabajar, Andie está por graduarse, tengo que seguir en mi misión de que ella se gradúe ya que yo no pude hacerlo en su momento.
—Te veo más tarde, recuerda a las doce.
—Bien, cuídate Aleksander.
El se va hacia las escaleras, me da una última mirada y termina por irse. Debía buscar un atuendo decente para aquel almuerzo que voy a tener con él, al parecer es de negocios y bueno, quiere ir presentándome como su novia ante ellos.
Cuando entro al departamento, lo primero que veo es a mi hermana parada en medio de la cocina mientras se come un helado, la mirada que me lanza una mirada de diversión.
—Es guapo.
—Ahora no Andie.
—Oh vamos Sky, es bastante guapo —yo paso por su lado—, ahora entiendo porqué la discreción.
—Espero que no digas nada al respecto.
—Lo prometo. Ahora cuéntamelo todo —se sienta en una de las sillas—, quiero saberlo todo.
No me queda más remedio que contarle lo que hable y en qué quedé con él. Incluso le pedí un poco de ayuda para recoger el arriendo que usaré más tarde, Andie tiene un estilo más elegante que el mío. No digo que no me sepa vestir, pero mi estilo es un poco más descuidado.
Quiero darle una buena impresión a Aleksander, quiero que sepa que estoy en esto y que voy en serio con este asunto. Esto es importante para mí, pero sé que esto también es importante para el.
(...)
Más tarde:
Ya estaba lista para ir al almuerzo con Aleksander, ¿Estaba nerviosa? Claro que sí, asi que deberia mantenerme en calma para no cometer errores.
Andie escogió un traje de los suyos, ella lo usó para una fiesta hace tiempo, recuerdo que había chillado por ese traje por meses, por suerte me quedo ya que ella y yo tenemos casi la misma contextura, solo que ella es más delgada que yo.
—Dios, ese hombre estará hipnotizado cuando te vea.
—Dios Andie —suelto con fastidio—, ¿podrías dejar de decir eso? Recién nos conocemos.
—¿Y eso qué importa? —rueda los ojos— Lees demasiados libros de romance y fantasía, ¿no crees que algo así podría sucederte? Ya sabes, ese hombre es apuesto y millonario.
—No, porque los libros son para eso, para fantasear con algo que jamás me va a suceder.. Esta es la vida real Andie, y si estoy haciendo esto, es porque yo misma meti la patota en verme con él esa noche, fin.
Lo que digo es cierto. A duras penas conozco a Aleksander, no pretendo llegar a algo más, él está del mismo modo, esto que tenemos es como un contrato y ya, ambos tenemos las cosas en claro.
Además, creo que el no seria mi tipo de hombre, no es porque sea asiatico ni mucho menos, es que he leído tantos libros que mis estándares están por las nubes y dudo mucho que un hombre las cumpla tal cual, creo que es una de las enormes desventajas de leer libros, porque se que algo así jamás me va a pasar.
Digo, claro que me he enamorado, pero me fue mal así que me refugié en libros y hombres escritos por mujeres, creo que no hay nada más perfecto que esto. Y aunque lo que está pasando es demasiado cliché para mí, prefiero mantenerme con los pies sobre la tierra con respecto a esto.
Mi hermana y yo miramos hacia la puerta, ella emocionada fue a abrirla, me tenso un poco al ver a Aleksander entrar al departamento. Veo como alza las cejas al verme, luego vuelve a su postura.
—Hola —le digo cuando estoy frente a él—, ella es mi hermana, Andie, Andie, él es Aleksander —suelto un carraspeo.
—Un gusto Aleksander —ambos estrechan su mano.
—El gusto es mío Andie —dice, luego me mira—, ¿estás lista?
—Claro —voy por mi bolso y me acerco de nuevo a él—, Andie, regreso más tarde.
—Claro que sí, diviértete hermanita —ella me guiña un ojo, yo salgo del departamento con Aleksander, ambos comenzamos a bajar las escaleras.
—Tu y tu hermana se parecen un poco —comenta.
—Si, solo un poco.
—Por cierto, estas bonita —me mira rápidamente.
—Gracias, creo que esto es acorde para el almuerzo ¿no?
—Si, es bastante elegante..
El abre la puerta del edificio, me quedo paralizada al ver semejante auto estacionado frente a mi, no se nada sobre autos, pero este se ve bastante lujoso. Veo como él abre la puerta.
Yo salgo de mi ensoñación y camino hacia el mismo para subirme, luego él lo hace. Yo estoy comenzando a ponerme nerviosa con todo esto.
—¿Estás bien? Te notas nerviosa.
—¿Se me nota demasiado? —veo que asiente— Lo siento, es que aun no he procesado bien todo esto.
—Lo siento —me dice—, se que esto puede ser abrumador..
—No, está bien —digo rápidamente—, supongo que me acostumbraré a ello, tu tranquilo, todo va a estar bien.
El auto queda en silencio, no lo siento incomodo, todo lo contrario, es como un silencio lleno de paz, pero se pueden sentir los nervios, los míos.
Él conduce por toda la ciudad, quiero hablarle pero siento que si lo hago, dire una tontería, siempre suelo arruinar las cosas cuando estoy nerviosa, así que mejor me quedo callada.
Aleksander estaciona el auto en el restaurante, yo veo que es un sitio un poco solitario, hay personas comiendo en un balcón, vaya que los ricos son un poco excéntricos.
—Antes de entrar —lo miro—, tengo que darte algo.
Veo que de su saco sacó una caja pequeña, cuando la abre veo que es un anillo de compromiso, el mismo era pequeño, con un pequeño diamante en forma de flor, tenía raíces y hojas.
Es el anillo más hermoso que he visto en mi vida, hasta parece totalmente irreal.
—E-Esta hermoso —susurro.
—¿Tú crees? —lo miro a él y le asiento— Me dijeron que era el más sencillo que tenían en la joyería —veo que hace una mueca—, no soy bueno con esto a decir verdad, ¿te gusta?
—¿Bromeas? Es hermoso Aleksander..
—Perfecto entonces —él lo saca de la caja, yo extiendo mi mano para que él lo ponga en mi dedo, se siente realmente extraño ponerme un anillo de compromiso.
Ahora que lo veo puesto en mi dedo, estoy más convencida de que esto es totalmente real, que no estoy soñando ni nada por el estilo, que esto es muy pero muy real.
M****a.
—Esto es de locos —río.
—Concuerdo contigo —el ríe también—, es momento de que entremos, te voy a presentar como mi futura esposa.
—Claro.
El se baja del auto, luego abre la puerta del copiloto, yo entrelazo mi brazo con el de él para así, entrar al restaurante, aprieto mi mano en un puño en señal de nerviosismo, pero a medida que estoy con él, me voy relajando un poco más.
Tengo que mantener la compostura ante Aleksander y las demás personas, no quiero hacerlo quedar mal en ningún momento. No se si fueron cosas mías pero escuche un click a la distancia, no se si esto sea parte del trato o de verdad estamos siendo fotografiados. Es mejor que me mantenga tranquila porque no quiero cometer un error.
Mientras camino con Aleksander, siento como se tensa a mi lado, lo miro por un momento y veo como su mandíbula está tensa, no se si es porque está molesto o porque se siente incómodo.
—¿Estás bien? —me atrevo a preguntar.
—Si, estoy bien —responde.
—¿Seguro? —vuelvo a preguntar— Si no te sientes bien, podemos irnos.. No puedes estar en un sitio en donde te sientas incómodo.
—No es eso —me mira—, así que no te preocupes, sigamos con esto.
No me quedó más remedio que dejarlo así, no quise preguntarle más al respecto.