Frente a ella.
Sebastián revisó el celular de Mayra, encontrando este completamente vacío, desprovisto de cualquier mensaje, carente del más mínimo registro de llamadas recientes o antiguas.
La frustración se apoderó de cada centímetro de su ser mientras buscaba algún indicio, alguna pista que pudiera revelarle lo que tanto ansiaba descubrir.
Se sintió furioso, indignado por no encontrar nada en aquel dispositivo que parecía haber sido limpiado para ocultar cualquier evidencia.
La rabia comenzó a bullir en su interior como agua hirviendo, tensando cada músculo de su cuerpo mientras apretaba el aparato entre sus dedos.
De pronto, interrumpiendo aquel silencio, un mensaje ingresó, lo que alertó su corazón de inmediato, provocando que el órgano vital saltara dentro de su pecho como si quisiera escapar de su cavidad torácica.
La adrenalina se disparó por sus venas al ver la pantalla iluminarse.
«No te lo dije para no dañar tu luna de miel, pero he regresado, estoy en Colombia», rezaba el texto