ETHAN GARDNER
—No puedes cambiar el diseño del pastel a último minuto, Ethan —me repitió la señora de la pastelería por tercera vez mientras yo intentaba convencerla con mi sonrisa ganadora.
—Vamos, Emilia, solo quiero que el tercer piso tenga forma de libro. Liss adora leer, ¿no es un detalle adorable? Imagina el pastel: flores… ¡y literatura!
Ella me miró con los ojos entornados y una paciencia que claramente estaba al borde del colapso.
—Tienes suerte de que seas guapo, Gardner. Lo haré. Pero será extra.
—Te prometo que te hago publicidad en mis redes sociales, además serás la pastelera oficial de la empresa —dije, guiñándole un ojo antes de salir triunfante con la nota de confirmación en la mano.
Caminaba feliz por la acera, celebrando en silencio cuando la puerta de la cafetería frente a la pastelería se abrió. Y ahí estaba ella.
Cabello suelto, chaqueta de cuero, café en una mano, muffin en la otra. Olivia.
Nuestras miradas se cruzaron y mi sonrisa se escapó antes de que pudiera