Mi peor miedo se hizo realidad.
LISSANDRA
Caminé por la ciudad sin dirección.
Los autos pasaban. Las luces brillaban. Las personas reían en las veredas.
Y yo…
me sentía como un cristal estrellado.
Cada paso que daba era una herida abierta. Mi mente era un mar revuelto de imágenes y preguntas.
¿Desde cuándo?
¿Quién era ella?
¿Una ex? ¿Una amante? ¿Una socia “muy cercana”?
¿Y yo? ¿Era solo una esposa decorativa? ¿Fue mentira que me amaba desde la preparatoria? o solo se había cansado de mí ahora que me tenía.
Los semáforos cambiaban de color sin que me importara.
No sabía ni en qué calle estaba. Solo caminaba.
Solo huía.
Me senté en una banca frente a una pastelería. El aroma dulce me revolvió el estómago. Abrí el bolso y los vi: los dibujos de Erik.
Una nave espacial con tres figuras adentro.
—Mira, mamá… es una nave con nosotros —me había dicho con orgullo.
Las lágrimas me nublaron la vista.
¿Cómo le explicaría que su héroe… tal vez tenía otro mundo con otra mujer?
Saqué el celular por reflejo. Una notificación apar