Selena es la mejor cazadora de hombres lobo de su generación, nunca falla con una misión. Pero cuando debe asesinar al Alfa más poderoso de todos, ella cae en su trampa y acaba convirtiéndose en su esclava. Un año, ese es el tiempo que el le da para enamorarse, si luego de ese tiempo el promete liberarla. ¿Selena logrará hacer a un lado su odio para transformarlo en amor? ¿o su sed de venganza será mayor?
Leer másSelene Jacket se aferro a la daga que apretaba con fuerza entre sus manos, intentando concentrarse en la plata de las armas y no en el frio que clava sus huesos.
El bosque era frio, siempre lo era, pero aquella noche en particular el frio parecía cubrirlo todo con mayor brutalidad.
Selene ignoro el frio, como solía hacer siempre. Ella era excelente ignorando el mundo a su alrededor mientras se enfocaba en una sola cosa. Su presa.
Era esa una de las cualidades que la coronaban como la mejor cazadora y asesina de toda la región.
Y también era el causante de que ella estuviera allí en un primer lugar, embarcada en aquella misión. Asesinar al alfa de la manada Crescent.
Los otros cazadores habían temblado ante la mera mención de la manada Crescent, la mas poderosa de todas. Era una locura meterse con un miembro de esta, pero asesinar al alfa era una cosa totalmente desquiciada. Nadie cuerdo se atrevería a eso.
Pero Selene no era en absoluto una chica cuerda.
>> ¿Dónde estás? << pensó la cazadora, mientras se obligaba a mantener el castañeo de sus dientes quietos y silencioso. Bien sabia que cualquier lobo a un kilometro a la redonda sería capaz de escucharla.
Una mancha blanca cruzo entre los pinos y Selene supo que debía moverse.
Con pasos agiles y silenciosos ella comenzó a seguir al enorme lobo, cuyo pelaje blanco parecía relucir con mayor intensidad ante la luz de la luna.
La bestia era hermosa, la criatura mas majestuosa que ella jamás hubiera visto. Pero también era un alfa y un asesino cruel, despiadado y sin corazón.
O al menos es lo que los monjes siempre repetían durante su entrenamiento. La verdad es que Selene nunca había dejado a una de esas criaturas vivas el tiempo suficiente para comprobar su naturaleza, y esta vez no sería la excepción.
Su mirada verde estaba clavada en el lobo blanco, mientras corría entre los pinos sin emitir el más mínimo sonido posible. Su corazón estaba tranquilo, relajado. Ella había aprendido a silenciarlo para evitar ser descubierta antes del tiempo deseado.
Desde pequeña había aprendido a seguir a las criaturas como esas para darles muerte mas pronto que tarde. Jamás había fallado ni perdido una sola. Hasta ese momento.
El majestuoso lobo troto un par de metros más antes de desaparecer por completo de su campo de visión.
Al instante Selena se quedo totalmente quieta y atenta al bosque, buscando cualquier señal del lobo. No podía haber ido demasiado lejos, el alfa tenia que estar por ahí cerca.
—Hola, conejita ¿A quién estas buscando? —ronroneo una voz profunda y ronca en su oído desde su espalda, logrando enviar una extraña sensación agradable de escalofríos a lo largo de todo su cuerpo.
Sin pensarlo un segundo, Selene se dio la vuelta, con las dagas bien apretadas entre sus manos. Veloz como un rayo, ella ataco antes de detenerse a pensar por un segundo. Pero su ataque fue desviado sin demasiado esfuerzo, y Selene acabo inmovilizada contra un árbol cercano.
Cuando el calor del cuerpo medio desnudo presionado contra ella arrebato su calor, Selene observo al hombre que la sometía bajo la fuerza de su cuerpo.
Su boca se secó y su corazón se acelero de manera natural, porque ante sus ojos se encontraba el hombre más hermoso que jamás hubiera visto en su vida.
Dimitri, el alfa de la manada Crescent.
Hermoso y perfecto, como una fantasía de media noche cobrando vida. Pero también un asesino cruel y despiadado.
—No te atrevas a llamarme así—gruño Selena, enseñando los dientes al hombre más poderoso de la región.
Dimitri pareció sorprendido ante aquella amenaza, sus ojos azules se iluminaron ante la gracia de sus palabras y su sonrisa se convirtió en una de burla.
—¿O si no que me vas a hacer, conejita? —canturreo el de manera provocativa y maliciosa, acercando el rostro al de ella.
Selene pudo sentir el aroma embriagador de su piel filtrándose hacia ella. De ser otro hombre, la cazadora lo habría besado allí mismo solo por su rico aroma.
Pero no era otro hombre. Ese era su enemigo.
—Te arrancare la lengua y la meteré por tu trasero—siseo ella de manera venenosa, mientras sostenía su mirada con un audaz desafío, asumiendo que aquella ofensa seria castigada con la muerte.
Sin embargo, al oír aquellas palabras, Dimitri parpadeo, antes de comenzar a reír roncamente.
Selene se puso tensa sintiendo la vibración de su risa penetrar su cuerpo. Cuando el alfa volvió a alzar su mirada, había una sólida decisión allí plasmada.
—Te aseguro, conejita, que mis planes eran asesinarte aquí mismo—comenzó a decir el con un ronroneo bajo, mientras se acercaba a ella, rozando la punta de su nariz contra su mejilla izquierda.
Selene cerro los ojos, maravillándose del contraste entre el frio de su propia piel y el calor natural que desprendía el cuerpo de Dimitri.
El alfa siguió marcando un lento recorrido perezoso desde el lóbulo de su oreja hacia su cuello.
>—. Pero ahora tengo curiosidad… quiero ver todo lo que es capaz de hacer esa lengua—canturreo finalmente el.
Selene parpadeo, sin comprender realmente a lo que se refería. Hasta que sintió el dolor punzante en su cuello.
Dimitri había sacado sus colmillos, y sin pensarlo dos veces, los clavo sobre la tersa piel del cuello de ella.
El veneno licántropo comenzó a correr por el torrente sanguíneo de la cazadora, volviéndose veneno en su cuerpo.
Selene intento gritar, intento luchar, pero todo aquello fue totalmente inútil.
Aquel alfa poderoso la tenia sometida a su merced contra el árbol y bajo su peso. Solo los deseos de voluntad de Dimitri eran lo que obtenían resultados, y ahora lo que el alfa quería era a ella.
A Selene.
>—Vas a ser una reina muy buena, linda cazadora—canturreo el finalmente, apartando sus labios del cuello de Selene.
El cuerpo de la cazadora se volvió cada vez mas liviano, sus pensamientos parecían estar cubiertos por una densa niebla.
>>Es el veneno<< pensó ella, mientras miraba el rostro de aquel hermoso hombre.
Lo último que recordó Selene fue ver la sonrisa lupina de Dimitri, antes de que sus fuertes brazos la sujetaran en el aire.
Una semana mas tarde:—Creo que es una idea pésima—reprocho la cazadora, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho con disgusto ante las palabras de Castiel.—Yo estoy en desacuerdo, creo que es lo mejor—canturreo el hibrido con una sonrisa radiantee—. Sera una buena oportunidad para mi… aparte ¿Quién dice que no vendre a su boda con alguna bella acompañante?Los labios de Selene se apretaron con fuerza, mientras luchaba por reprimir una sonrisa. Castiel le habia pedido a Dimitri que lo enviara en una misión lejos del castillo, y el alfa le habia concedido el deseo.Luego de lo ocurrido la semana pasada, Selene se pregunto si acaso era la culpa lo que lo llevaba a migrar lejos, o el dolor de no concretar su deseo. Habia intentado hacer un trato con el señor de las sombras, una vida por una vida, esa era su promesa. Castiel le habia prometido la vida de Selene a cambio de la de su propia hermana.Ni Dimitri ni la cazadora pudieron enfadarse con Castiel por aquella decisión, la cual h
—Les queda poco tiempo, caballeros… en su lugar lo utilizaría para despedirme de la perra cazadora—se burlo Pixy, mientras reia de forma sarcástica.Sin embargo, aquella risa duro poco, cuando su cuerpo comenzó a endurecerse, volviéndose tan rigido como la piedra bajo sus pies.>—No… mi señor, no…—comenzó a decir ella.Pero era demasiado tarde, antes de tan siquiera comprenderlo, el señor de las sombras se habia desvanecido en el olvido, llevandose consigo la promesa de vida que le habia ofrecido.—Selene, lo logro—dijo duditativo Castiel, antes de volverse hacia la cazadora tendida en el piso. Demasiado palida, demasiado fría—. No… no… no… vamos Selene, no puedes morir.Dimitri fue el primero en lanzarse sobre ella, envolviendo su cuerpo entre sus brazos, mientras intentaba tomar sus pulsaciones. No habia respuesta.—No puedes morir, no asi… no es justo—gruño Dimitri, mientras la elevaba entre sus brazos—. Me niego a aceptarlo.—Hermano… dejala ir, ella ya no esta aqui. Es demasiado
El alfa se habia percatado de la ausencia de Selene en el baile casi al instante. Fue cuestión de lanzar una mirada furtiva a través del gran salón para notar que algo malo estaba ocurriendo.Sintio, poco después, el tiron del vinculo silencioso de Castiel. Lo estaba llamando. No de un modo altivo o demandante, sino con verdadera preocupación.Dimitri se excuso rápidamente con sus invitados, antes de salir del lugar a toda velocidad, siguiendo el tiron del vinculo invisible que guiaba sus pasos.Para cuando finalmente logro llegar al jardín de piedra, encontro a Castiel, gruñendo hacia Pixy con Selene desplomada a sus pies. La sangre de la cazadora se deslizaba lentamente hacia el sauce.—¡Termina con esto, maldito cobarde!—siseo Pixy con total veneno.Pero Castiel se mantuvo firme en su posición, interponiéndose entre la guardia y el cuerpo hinerte de la cazadora.Dimitri tardo un par de segundos en comprender lo que allí estaba ocurriendo. La delgada línea entre amigo y enemigo era
La cazadora sigio a Pixy con pasos veloces, deslizándose por el castillo con gran soltura. Habia algo extraño en ella, algo diferente que no podia descifrar.En otro momento de su vida, aquello hubiera levantado las alarmas poniendola a la defensiva. Sin embargo, en ese preciso instante, la cazadora se deslizaba por el castillo casi hipnotizada, siguiendo con gran atención la silueta de Pixy como si se tratase de luz y ella no fuera mas que una mera polilla.Sumida en una especie de trance, la cazadora llego hasta el jardín de piedra del castillo, incapaz de negar sus pasos, sus movimientos volviéndose ajenos a ella, hasta que finalmente Pixy se detuvo, volviéndose hacia ella.Selene sabia profundamente en su corazón que allí habia algo extraño, nada era lo que parecía ser.—¿Quién eres?—siseo la cazadora, con los labios ligeramente apretados mientras sostenia su mirada con gran fiereza.—Tu ya sabes quien soy—canturreo aquella mujer con una sonrisa encantadora—. Me conociste en mi cu
Selene jamas habia participado en una fiesta de ese estilo. Desde niña, ella habia sido entrenada para convertirse en una cazadora formidable, cualquier tipo de distracción fue dejada a un lado durante su tiempo de entrenamiento. Eso incluía las fiestas y cualquier tipo de evento social de aquel calibre.Por eso, la cazadora sintió una desesperada necesidad por escapar de allí a toda prisa en cuanto vio el mar de personas ante ella. Sin embargo, ella no escapo. Simplemente siguió avanzando, atrayendo las miradas de curiosos que se encontraban cautivados por su deslumbrante belleza.En ese preciso instante, a medida que avanzaba por el lugar y se sentía el centro de atención de todos los presentes, la incomodidad la llevaba a desear haber utilizado otro vestido, uno menos llamativo quizás. Pero ahora no habia vuelta atrás, debia mantener la cabeza en alto mientras luchaba con su deseo de correr a los brazos de Dimitri.Sin embargo, el alfa se encontraba mas allá, atendiendo sus asunto
—Esto es una mala idea—dijo Dimitri, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho, estirando el cuello hacia debajo de la escalera.Mas allá de ellos, el sonido de la música, la diversión y el baile se hacían eco. El castillo estaba lleno de invitados, todos ellos parecian estar disfrutando fervientemente del evento.Todos menos Dimitri y Castiel, quienes aun no habían asomado sus rostros en el lugar.—Pienso igual que tu, hermano—admitio Castiel, mientras se acomodaba la corbata del traje.El hibrido odiaba utilizar trajes. Detestaba tanto aquella marca de etiqueta, porque lo hacia sentir prisionero en su propia piel.Al oid las palabras de su hermano, Dimitri le lanzo una mirada asesina que Castiel ignoro con gran elegancia.>—Esto de utilizar trajes es una idea pésima… atenta contra la cordura misma—bromeo el hibrido, mientras le obsequiaba un guiño de ojo a su hermano—. Tranquilo, Dimitri, todo va a salir perfecto.—No quiero que salga perfecto, solo que Selene no resulte herida—sus
Último capítulo