Liadrek
Todos nos observaban con curiosidad y malicia, sospechando lo obvio, pero nadie se atrevía a hacer comentarios delante de nosotros ni a preguntar. Era un conocimiento silencioso, una verdad que todos sabían, pero que fingían ignorar.
No sabía cómo sentirme al respecto. Después de todo, poco me importaba lo que pensaran los demás, y esta vez no sería la excepción, en especial si se trataba de algo tan íntimo como nuestra extraña relación.
Por lo menos, me daba satisfacción que todos empezaran a verla como mía y no se atrevieran siquiera a aludir nada atrevido.
Era un completo posesivo por pensar y sentirme así, lo aceptaba, pero ¡por los guías y Woses!, esa mujer no sabía las miradas libidinosas que ella levantaba con tan solo existir.
Es que ella poseía una sensualidad natural que, combinada con su personalidad divertida y autoritaria, la convertía en una fantasía andante.
Suspiré cuando ella me descubrió observándola como el intenso que era, pero me era inevitable no apreciar