Kaia
Mi corazón...
¿Era normal que saltara tan rápido? ¿Me moriría si seguía latiendo con tanta intensidad?
Ahora quien parecía un iceberg era yo, pues estaba inerte, dura, fría, muda...
Uy, no sabía qué decirle.
Lo amaba, de eso no había duda, pero su confesión me agarró desprevenida. Nevan me amaba...
Pero ¿era de verdad?
¿Y si solo sentía lástima por mí? ¿Y si sospechaba lo que me pasó?
No, eso no...
—Este... —musitó, un poco avergonzado, y me evadió la mirada.
Él era tan lindo... ¿Dónde había ocultado esta parte tan encantadora en todos estos años?
—Yo también te amo —le dije en un impulso, y mi corazón volvió a acelerarse.
Uy, ¿y ahora qué?
Nevan buscó mi mirada y yo me perdí en sus lindos ojos.
—Entonces, ¿quieres que...? —Se aclaró la garganta, se relamió los labios y soltó un largo suspiro—. ¿Quieres ser mi pareja? Sin presión, no tenemos que aparearnos... —Se sonrojó, y me pareció que yo también—. Esperaré a que estés lista, pero eres mía y yo tuyo. Eso significa que debemos