Caminé en dirección a la oficina de Roan sin importarme que la secretaria me dijo que él estaba ocupado. Sin pensarlo dos veces, abrí la puerta y me crucé de brazos ante la mirada de asombro de Roan, el gamma y algunos de sus hombres que allí se encontraban.
—¿Qué sucede aquí? ¿Por qué entras a mi oficina sin a anunciarte? —reclamó él, pero antes de que pudiera responderle, la secretaria se apareció de repente y se adelantó a comunicarle:
—Le dije que estaba ocupado, pero ella siguió adelante, Alfa. Ni siquiera me dio tiempo de detenerla. Le pido disculpas.
Entorné los ojos y miré a Roan molesta.
—¿Ya te dijo el Gamma lo que hicieron? —interpelé, captando la completa atención de mi marido.
Él le hizo señas a la secretaria para que saliera, quien obedeció nerviosa y cerró la puerta tras sí. Por mi parte, mantuve mi porte imponente mientras observaba a los hombres de Roan.
—Me imagino que el bocón de Dan te fue con el chisme —respondió Roan con una sonrisa maliciosa.
—Dime que es una eq