POV Ariana
Ha pasado casi una semana desde que llegamos a este rincón del mundo, y todavía me siento como si caminara en un sueño.
Uno de esos hermosos, cálidos y perfectos sueños de los que no quieres despertar jamás.
Hay una especie de magia en el aire… o quizás es la esperanza renacida, el deseo de que todo vuelva a estar bien entre nosotros.
No necesitamos mucho para ser felices. Nos basta con ver la televisión abrazados bajo una manta, caminar de la mano por las calles tranquilas, reírnos de tonterías, compartir el silencio sin sentirnos incómodos.
Las noches blancas del norte son algo nuevo para nosotros: un cielo que se niega a oscurecer del todo, una luz plateada que lo baña todo, como si el tiempo se detuviera en un eterno atardecer.
Es extraño, sí, pero lo amamos. Este lugar nos envuelve, nos acoge, y por momentos, me hace pensar que tal vez, solo tal vez, la vida nos está dando otra oportunidad.
Hablamos más. Nos escuchamos.
Le conté nuestra historia desde mi mirada, desde