Escapando de un mal amor. Capítulo No debe nacer
Su padre se puso de pie de golpe.
El movimiento fue seco, abrupto, cargado de furia contenida. El crujido de la madera bajo sus pies pareció amplificar la tensión que llenaba la habitación. Dio un paso hacia ella, temblando de indignación, pero no dijo nada.
Sus ojos oscuros la atravesaban, intentando comprender, intentando no romperse. No sabía si gritarle, abrazarla o marcharse para no decir algo de lo que se arrepintiera. Pero era demasiado tarde para cualquier contención.
—¿Cómo pudiste ocultarnos algo así? —soltó su madre, la voz quebrada entre la indignación y el miedo, como si las palabras fueran cuchillas en su garganta—. ¿Quién es el padre? ¡¿Qué has hecho, Olivia?!
Ella se abrazó a sí misma como una niña asustada. Sentía las piernas débiles, las manos heladas, el corazón palpitando con tanta fuerza que parecía querer escaparle del pecho. Temblaba. El dolor era tan profundo, tan desgarrador, que apenas podía sentirlo con claridad. Era un dolor espeso, silencioso, que se instal